Espejos
del alma
Mandala es un término sánscrito que significa “Círculo sagrado o
mágico”. Representa el espacio sagrado donde depositamos los colores y las
formas de nuestro Yo real, o Sí Mismo.
Mientras dibujamos o pintamos un mandala nos conectamos con
nuestro centro de amor y el potencial creativo, expandimos nuestra libertad
interior, calmamos nuestras emociones y ansiedades y ordenamos nuestra mente.
El mandala es una herramienta de meditación activa, es un
arte conciente, que promueve la integración donde hay contradicción,
estimulando el equilibrio de la actividad de los dos hemisferios cerebrales.
Unimos sentimiento y razón, intelecto e intuición, nos conectamos con la
sabiduría que brota cuando los pensamientos se serenan. El alma se expresa a
través del lenguaje simbólico de la imagen, y el círculo es la matriz de toda
forma, por ello la comprensión supera toda lógica y abre fronteras.
Podemos asomarnos al interior de este círculo para ver el
reflejo más profundo y bello que nos devuelve la imagen verdadera, la que
podemos mirar con los ojos del alma.
Espejito, espejito…¿qué ves?
Expone:
Raquel Otaño
Lic. Prof. en Bellas Artes
Sede Biblioteca Pedagógica
Provincial “Eudoro Díaz”
Año 2012
Año 2012
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