Funciones del mandala
Fue el psicólogo y psiquiatra Carl Gustav Jung el precursor en la utilización del mandala como recurso terapéutico, destacando su importancia en el proceso de individuación de la persona (el término individuación es el proceso a través del cual una persona integra o conforma su personalidad).
La actividad artística, ya sea a través de los mandalas o no, es terapéutica aunque no se lo proponga, ya que trabaja y actúa desde el nivel inconsciente más profundo de la persona, impulsando la elaboración del inconsciente, que logra estabilizarse y encontrar modos de conectar con el plano consciente para comenzar a incorporarse en la personalidad total.
El trabajo concreto con los mandalas consiste en colorear motivos ya plasmados, contemplar mandalas para la meditación o realizar los propios.
El mandala tiene una doble función de acuerdo al modo en que se lo utiliza:
- Cuando se pinta desde la periferia hacia el centro: efecto de concentración para encontrar la centralidad. Ordena la dispersión mental.
- Cuando se lo pinta desde el centro hacia la periferia: expande el centro permitiendo la expresión de la creatividad.
Es necesario aclarar que la función primordial del mandala es la de centramiento, para encontrarnos con el verdadero asiento de nuestro ser. Cuando este lugar está trabajado recién podemos expandirlo. Este proceso es natural, a medida que realizamos mandalas nuestro centro se estabiliza y el movimiento de concentración empieza a abrirse hacia fuera, permitiendo a nuestro mundo interno manifestarse creativamente.
El trabajo con mandalas nos permite:
- Conectarnos con nuestra esencia permite entrar en un estado de relajación, bienestar y plenitud.
- Concentrar nuestra atención en un elemento para aquietar nuestra actividad mental y esto es propiamente la meditación.
- Encontrar nuestro centro. El mandala siempre nos conduce al origen (centro).
- Ordenar nuestro caos mental y dispersión, logrando una síntesis mental, capaz de ayudarnos a sanar la fragmentación psíquica y espiritual.
- Integrar la dualidad de nuestra personalidad, resolviendo nuestros aspectos contradictorios.
- Expandir nuestra creatividad a través de la expresión artística.
- Equilibrar ambos hemisferios cerebrales, permitiendo la activación del hemisferio derecho (imaginación, creatividad, intuición) que habitualmente está bloqueado por la hiperactividad de nuestro hemisferio cerebral izquierdo (lógico-racional).
- El mandala es un instrumento de limpieza de nuestro interior que actúa drenando nuestras energías estancadas.
- Conocernos más a nosotros mismos.
Origen del Mandala
“Todo lo que hace el Poder del Mundo lo hace en un círculo. El cielo es redondo y yo he oído que la tierra es redonda como una pelota, y también son así las estrellas. El viento, cuando está encima de su poder, se arremolina. Los pájaros hacen sus nidos en círculos, porque su religión es la misma que la nuestra. El sol sale y se pone nuevamente en un círculo. La luna hace lo propio, y ambos son redondos. Incluso las estaciones forman un gran círculo con sus cambios y siempre retornan al punto en que estuvieron. La vida de un hombre es un círculo de la infancia a la vejez, y así sucede con todo aquello en lo que se mueve un poder”.- Palabras de Reno Negro, un anciano indio dakota de América del Norte -
El mandala es tan antiguo como la creación del universo, por ello su origen no está determinado en el espacio-tiempo.
Muchos mitos de la creación giran en torno al círculo como principio de todo lo que existe. Estos mitos existen en tradiciones europeas, africanas y del Pacífico Sur, también en la India y en Egipto. Veremos a continuación algunos ejemplos.
- Para Egipto: El cosmos era un redondel sin costuras antes de que comenzara el tiempo. Dentro del mismo estaban Nut (Diosa del Cielo) y Geb (Dios de la Tierra), unidos indisolublemente el uno al otro. Luego el círculo se aflojó, los padres del mundo se separaron y pusieron en marcha el tiempo, y junto a ello la creatividad y la conciencia. El principio de unión para los egipcios se llama Vescica Piscis. “La Flor de la Vida” es un diagrama que explica el principio de creación del universo y está formada por diecinueve esferas que giran constantemente.
El mandala y los mitos de la creación
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Para los Upanishads (India). El Sol es Brahma. El principio del mundo era el No-Ser. El No-Ser se volvió Ser. Entonces se desarrolló y se convirtió en un huevo que permaneció cerrado todo un año. Luego estalló, una parte era de plata y formó la Tierra, la otra era de oro y formó el Cielo. De esto nació el Sol, dando vida a los demás seres.
- Para la tradición tibetana, Shiva es el uno intemporal en su estado perfecto. La creación comienza cuando Shiva se une a su lado femenino, llamado Shakti. De Shakti surge Maya, la construcción del mundo individual e ilusorio. La función de la contemplación del mandala (yantra) para esta cultura es el retorno del ser-individual (ilusión) al Ser-universal (verdad), es decir, la fusión con la totalidad del Ser.
- La teoría del Big-Bang es otro ejemplo: en el comienzo todo lo existente estaba concentrado en un punto que comenzó a hincharse formando una esfera. Esta se desbordó y su energía estalló formando las galaxias, los sistemas solares, soles, planetas, estrellas y materia estelar. Se cree que todo el universo está en un constante movimiento de expansión desde entonces, continuando la inercia de la primera explosión y que en algún momento volverá a contraerse, imitando la secuencia del ritmo respiratorio de un gran ser cósmico.
Mandala tibetano
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La rueda medicinal de los indios navajos
La rueda medicinal es un mecanismo ideado por los indios navajos para enseñar el espacio en la vida de cada miembro en la comunidad. Es un círculo que determina cuatro direcciones o puntos cardinales, a las cuales se asigna un color, una figura animal, una cualidad que se debe aprender, y se relacionan con las cuatro estaciones o etapas de la vida:
• El ESTE es amarillo, representa la iluminación simbolizada por el águila, y la estación de la Primavera, la juventud y el alba del nuevo día.
• El SUR es de color verde, representa la inocencia y la confianza simbolizadas por el ratón, es como el Verano, la madurez, la fertilidad y la plenitud de la vida.
• El OESTE es de color negro (o azul oscuro) y representa la introspección, simbolizada por el oso, es la estación del Otoño, que acarrea la necesidad de revisión en la vida de una persona. Es la mediana edad, en la cual hay que aprender a desprenderse y liberar, como el árbol que suelta las hojas secas.
• El NORTE es blanco, representa la sabiduría simbolizada en la figura del búfalo. Representa la etapa de la vejez. Evoca las blancas nieves del Invierno, la oscuridad nocturna iluminada por la luna, los tesoros internos que debemos descubrir en el silencio de la meditación.
La rueda medicinal debe ser comprendida en forma integrada, ya que cada hombre debe recorrer cada etapa incorporando todas sus cualidades, pues si se queda en la parcialidad se quedará incompleto en su evolución.
